Devocionales

Hablemos tanto de Jesús que terminemos hablando de Él

Spurgeon dijo: “Cuando dos santos están hablando juntos, es muy probable que Jesús venga y se haga el tercero en la compañía. Habla de Él y pronto estarás hablando con Él”.Esto fue lo que sucedió con los dos discípulos que viajaron a Emaús desde Jerusalén. En esa caminata iban hablando de lo que había sucedido. El acontecimiento del momento era un tema de conversación. No lo ignoraban, no fueron indiferentes, sabían lo que había pasado… y de pronto entra Jesús en escena.Seguramente Jesús caminó con ellos unos minutos en silencio, escuchando su conversación, y luego se involucra preguntándoles de qué hablaban. ¡Qué maravillosa y sencilla manera de acercarse a las personas! Jesús se involucró con estas dos personas y la realidad que estaban enfrentando. Por eso, Jesús sabe la distancia de los 11 km, porque Él también los caminó. Jesús sabe que el sol pega fuerte, porque él estuvo ahí. Jesús sabe cuándo nos duelen los pies de tanto caminar. Jesús se involucra en tu vida. Él no es indiferente a lo que te sucede. Jesús se acerca donde sea que estés, en el momento más inesperado quizás, pero seguramente el más oportuno… Jesús sabe lo que nos pasa. Conoce nuestras alegrías y nuestras tristezas. En el camino a Emaús iban a ser 11 km de tristeza. Estaban encaminados en 11 km de desesperanza, sin embargo fueron 11 km hablando con Jesús. ¿Cómo vas a encarar los 11 km que tenés por delante? ¿Serán 11 kilómetros tratando de escapar de algo? ¿O serán 11 kilómetros hablando con Dios?Jesús puede estar en frente nuestro, caminando con nosotros y sentándose en nuestra mesa en cada comida, y nuestros ojos pueden estar velados. Por lo tanto, tenemos que orar para que Dios abra nuestros ojos para ver a Jesús tal como es, estando con nosotros todo el tiempo. ¡Hablemos tanto de Jesús que terminemos hablando con Él!

#elDiosquenossalva

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